martes, 9 de junio de 2009

Sus asentamientos fueron siempre en las orillas de los ríos: Salado, Pilcomayo, Bermejo, Paraná y en las vertientes naturales.
No dejaron ningún monumento.
Algunas grietas de las rocas muestran huellas de que en una época no determinada fueron su morada. Pero la riqueza del bosque chaqueño, los ríos, las lagunas y la tierra son patrimonios vivientes que aún siguen hablando del pasado.

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