
Estos espíritus se deleitan absorviendo la sangre de los enfermos, por si mismos o convocados por un hechicero. En este último caso el espíritu se ausenta del cuerpo del enfermo y se refugia en un árbol (especialmente el YUCHAN) hasta que el hechizo abandona el cuerpo.
"Cuando muere algún indio hechizado -que lo son casi todos- se le quema la ropa y se le entierra al estilo de los matacos, siendo por lo tanto muy común la sepultura aérea. Cada muerto reencarna en otro ser: tigre, perro, cabra, planta, etc. según haya sido su comportamiento en vida."
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